Bolivianos en España
Cuando se emigra a cualquier parte del mundo se deja atrás la relación filial y de amistad lograda en casi toda una vida.
A muchos les va bien, pero para otros significa desarticular la familia que a veces termina en tragedia.
Todos saben, con seguridad, de alguien cercano que ha partido al extranjero y a veces les llegan noticias sobre el migrante que encontró un trabajo, pero que sólo será temporal. También se refiere a que ha sentido en carne propia la discriminación por ser más pequeño o pequeña en estatura, de piel morena, algo grueso u otras características.
Una historia que lleva a otras
Ana Adriana ha escrito vía Internet a este medio de comunicación para contar su experiencia y de otros bolivianos en España. Las referencias que ofrece, ayudan a tener una idea de cuál es el destino de quiénes deciden abandonar el país, por muchas razones, pero sobre todo buscando trabajo.
Ana Adriana -pide que se mantenga en reserva su nombre y apellidos verdaderos- es nacida en Santa Cruz y está hace dos años en España. Vive con su esposo en Málaga y dejó a su niño en Santa Cruz, al cuidado de su mamá. Su marido trabaja “gracias a Dios” -dice ella- como pintor. Recuerda que su esposo no sabía nada cuando llegó al extranjero, pero que ahora aprendió y está ganando mejor y es menos explotado que al principio.
Lo difícil que es ser ilegal
El migrante llega a España casi siempre como turista y sólo por un corto tiempo. Luego pasa a la categoría de ilegal. Aquí es cuando comienzan los problemas, porque hay que vivir escondidos, obviamente sin la protección del Estado, y a expensas de españoles que aprovechan de la indefensión de los migrantes.
Ana Adriana cuenta, tan expresiva como toda oriental: “Si eres hombre te pagan como a una mierda..., disculpa, pero ésa es la palabra para describirlo. Si se es peón en la construcción, el sueldo mínimo para los españoles es de 1.200 euros, pero al ser inmigrante e ilegal se percibe entre 500 a 600 al mes. El contrato es sólo de palabra... que si quieren te pagan y si no te pagan no les puedes hacer ningún problema porque te amenazan con denunciarte y facilitan la deportación. Claro ellos (los contratistas) se embolsillan los otros 600 y además se ahorran de pagar la seguridad social que son alrededor de 400 dólares mensuales por cada empleado registrado”.
Ana Adriana asegura que es por eso que el trabajo del boliviano ilegal es mano de obra regalada y los españoles han despedido a mucha gente en la pasada regularización de los migrantes en ese país, es para no tener que pagar tanto por empleado.
Cuenta ella que llegó primero a Madrid. “Allá la gente es muy racista, peor porque nos ven de color piel canela o un poco más morenos, pequeños de estatura en algunos casos y si te ven ‘blanquita’ no creen que seas de Bolivia”.
Ana Adriana comenta que es en Madrid donde se encuentra el índice más alto de migración y lo lideran los marroquíes, ecuatorianos, seguido por los rumanos, búlgaros y otra gente del Este de Europa cuyo aspecto es reconocible por el aspecto físico: rubios, ojos verdes que no hablan ni entienden el español.
Una minoría son bolivianos. Las mujeres trabajan en el servicio doméstico y los hombres a la construcción que aunque son rubros mejor remunerados, quienes están trabajando son explotados porque les pagan la mitad que a un español.
La discriminación es tal que los niños en el colegio sufren acoso por los españoles. “En el trabajo para ellos eres la criada, la chica de la limpieza y te tratan como tal. Se escuchan tantas cosas y se ven otras”.
Ana Adriana comenta que se puede estar 15 horas al servicio de los “patrones” y recibir al mes sólo 300 euros, con un poco de suerte 400. Alguien que trabaja cama adentro obtiene alrededor de 600 al mes y con mucha suerte hasta 700 que es lo máximo. “Si dicen que ganan más es que están mintiendo. Lo que pasa es que hay muchas chicas que se dan a la prostitución y para disimular sus altos ingresos dicen que trabajan en empresas, que es totalmente falso como un billete de 3 bolivianos”.
En la cosecha
La actividad agraria está en Murcia. Los trabajadores son contratados temporalmente para la cosecha de frutas y verduras.
En Murcia se cosecha sobre todo tomate y otras hortalizas. Se trabaja 12 horas y agachados todo el tiempo, además de semiescondidos porque si aparece la Policía, tienen que huir inmediatamente para que no los detengan por su condición de ilegales.
“Sé que muchas veces por una jornada tan dura como de 12 horas, frente al Sol y muchas veces sin comida ni agua, pagan 30 a 20 euros por día. A veces nada porque los españoles los ponen a prueba y la gente lo acepta pues no hay trabajo”.
Los desempleados y, además, ilegales se reúnen en un lugar estratégico y de ahí pasan a recogerlos los empleadores. A veces los contratan sólo por un día porque hay mucha gente. Prefieren personas del Este -Ucrania, Rumania- debido a que son blancos y pasan como españoles. Luego están los “sudacas” como llaman despectivamente a los bolivianos y por último los senegaleses y africanos.
Las condiciones en que viven son infrahumanas.
En tanto que en Andalucía la actividad es más construcción, hotelería, bares, restaurantes y por supuesto trabajo en casas para cuidar ancianos, niños, limpiar casas por horas y días.
Pero también en otros lugares pagan mejor y todo depende si hay alguna recomendación de algún conocido o si el jefe es bueno. Se puede ganar hasta 1.000 euros al mes, pero son casos muy raros. Cuenta mucho si se habla español.
Fuente: http://www.bolivia-riberalta.com/news.php?d3=1619&id=1&seccion=1
7 comentarios
maria rene escobar tellez -
maria rene escobar tellez -
osito -
deiki -
yo diria que bolivia es un paraiso para todos y algunos se van ahi porque piensan que ahi van a conseguir mucho dinero y demas cosas.
QUE VIVA BOLIVIA !!!!
Ritha Gere -
Ritchard Lino -
Pa que Te -